Detrás de la conocida zona financiera del distrito de Chamartín se vive otra realidad. Es una zona que durante años ha abundado la proliferación de chabolas, contrastando intensamente con las Cuatro Torres de Madrid, representando una de las áreas más privilegiadas de la capital: amplios jardines y espacios despejados.
Sin embargo, hemos conocido cómo varias familias malviven en estos asentamientos, observando cómo mediante la recogida de chatarra, se construyen sus propias viviendas y subsisten con su venta. Es la otra cara de Chamartín.
Tratamos de entrevistar a alguna persona que viva en estas condiciones, pero casi ninguna ha querido aparecer delante de las cámaras, rehuyendo y negando cualquier pregunta. Según hemos logrado saber con el testimonio de una persona, con la chatarra sacan "100 euros al día, que es poco", según nos cuentan.
Otra persona mayor nos cuenta que lleva viviendo en estas condiciones más de un año, y nos señala que a 200 metros más, encima de un puente, se encuentran otras 7 chabolas más. Sin embargo, ante la agresividad de estas personas, decidimos salir de la zona.