Taiwán es una isla del Índico aproximadamente del tamaño de Extremadura, que se sitúa entre el oeste de China y el sur de Japón. Históricamente China siempre la ha considerado como territorio propio, pero los taiwaneses, que tienen gobierno autónomo, se sienten país independientes. Sin embargo, ni la ONU ni España reconocen a Taiwán como estado soberano. A pesar de esa especie de "limbo legal", es el país más avanzado del sudeste asiático y un gran destino turístico.
Quedamos en Daan Park, en la capital, Taipei, con José Antonio, que nos llevó a Jiu Fen, un bonito y turístico pueblo que hace años atrajo a japoneses en busca del oro de sus minas. De vuelta a la capital, visitamos curiosos locales, como uno muy típico donde se toma el esperma y la sangre de serpiente en chupito.
María nos lleva al mercado de las orquídeas y al mercado de jade, admiramos desde fuera el espectacular edificio 101, que tiene el ascensor más rápido del mundo, y entramos en el mausoleo del dictador Chiang Kai Shek. Y visitamos la Fábrica de la Cerveza, uno de los locales de moda de Taipei.
A una hora de la capital, quedamos con Gustavo en Fulong, que acoge la playa más famosa de Taiwán, y desde donde parte una bonita ruta de montaña.
Con Regina montamos en el Maokong Gondola, una especie de teleférico, y acudimos a unas termas públicas.
Por último, Alberto nos recibió en Ye Liu, un parque natural característico por sus formaciones rocosas esculpidas por la acción del mar y el viento. En Taipei, visitamos una casa de té, conocida porque en ella se reunían los opositores del dictador, y cenamos en un tradicional restaurante donde la especialidad era el kobe, ahora muy de moda en España.