Nadie la conoce por su verdadero nombre, Santa Isabel de Hungría, en Bratislava. Todo el mundo se refiere a ella como la Iglesia de los Pitufos por su característico color azul. Construida a primeros del siglo XX por Odon Lechner, considerado como el Gaudí húngaro, es un curioso ejemplo de art nouveau y cuenta que el padre de los conocidos dibujos animados, el belga Peyo, se inspiró en esta iglesia para crear sus personajes.