De la mano de Héctor, trabajador en el polideportivo municipal, conocemos algunos de los secretos que esconde el entorno de Pelayos de la Presa. Visitamos la zona por donde se bajaban los bloques de piedra para construir en el los años cincuenta el pantano de San Juan, que ha sido fundamental para el pueblo, su gente y su crecimiento. Pinos, encinas, jaras y agua componen la estampa del espacio natural del municipio madrileño.
Subimos hasta el mirador de Casa Quemada, desde donde se contemplan unas vistas espectaculares y se aprecia cómo el embalse recoge las aguas del Alberche y el Cofio. Cuenta la leyenda que aquí, en el cerro de las Cabreras, durante un tiempo hubo monos. Conocemos también a las "Running Mums", madres jóvenes pelayeras que tienen el objetivo de descubrir los rincones naturales de la localidad a través de rutas de senderismo. Celia ha sido guía medioambiental y especialista en flora de la zona, y nos cuenta que estamos en un lugar único para la observación de aves, como buitres leonados o águilas imperiales, nos muestra algunas de las plantas más curiosas del entorno, así como unas antiguas pinturas rupestres con miles de años de antigüedad.