Ruta 179 viajó en esta ocasión a Lozoya, situada a 85 km. al norte de la Comunidad de Madrid para disfrutar de su paisaje y su gastronomía.
El agua de Lozoya es famosa por sus propiedades minero-medicinales. La probamos con Leoncio, un lozoyano de toda la vida, y nos dimos una vuelta por la plaza del ayuntamiento y el monte donde los lugareños hacían el carbón vegetal que calentaba muchos hogares de Madrid. En este área de la región se puede disfrutar de la flora y la fauna del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama. Y es que por aquí habitan animales tan singulares como el lobo, el quebrantahuesos o el buitre negro. Mientras, en el embalse de Pinilla se puede hacer también turismo de aventura, y es que Antonio de la Rosa, embajador de turismo activo de la Comunidad de Madrid, nos ensenó su parque de cuerdas y canoas, todo un descubrimiento para los más movidos.
También conocimos a María y Emilio, una pareja de ingenieros que ha abierto una escuela de cultura ecológica. Imparten una gran cantidad de talleres los fines de semana: aromaterapia, huertas urbanas, reciclaje, etc. Nos enseñaron que en su patio cultivan plantas medicinales. Y conocimos El Puente del Molino, un huerto ecológico donde no usan herbicidas ni pesticidas. Es el único autoservicio de frutos del bosque de la Comunidad de Madrid. Entre sus clientes tienen a restaurantes tan prestigiosos como el Diverxo o el Montía.
A la hora de comer y descansar, conocimos varios establecimientos para que nos traten a cuerpo de rey. El horno de Lozoya, que antiguamente fue un pajar, hace hoy un pan tradicional duro por fuera y tierno por dentro que puede llegar a durar una semana. Venden sus propios productos que realizan con productos de la zona. Y también cuentan con unas colmenas de donde sacan miel para sus productos.
En La Luna del Lozoya' se puede disfrutar de unas vistas increíbles del Valle del Lozoya. José Luis es administrador de fincas y perito judicial inmobiliario,y decidió hacer unos apartamentos rurales hace 4 años. Nos fuimos a comer al restaurante D' Tapas, famoso por sus tostas y sus patatas bravas, y también visitamos El Pajar de Fuente Hernado, un antiguo pajar del siglo XIX que transformó Pepe en lo que es ahora un restaurante famoso por el cocido que realizan, que se hace a fuego legnto durante 24 horas dentro de un puchero de barro en un horno árabe de leña.