Dieciséis semanas consecutivas lleva bajando la capacidad de los embalses españoles. Su nivel medio se encuentra ya por debajo del 37%. El pantano de Rialb, en Lérida, es uno de los más secos de toda España, con una reserva hídrica que apenas supera el 6%.
La situación es tan preocupante, que ha tenido que detener la producción de energía hidroeléctrica por primera vez. Un verano más cálido de lo normal y sin lluvias previas que hayan recargado el pantano ha llevado a cerrar las turbinas de esta central hidroeléctrica.
Según expertos en energía, si los embalses están a esos niveles no pueden evacuar la cantidad necesaria para que se mueva la turbina que genera la electricidad. Y si siguen estos niveles no tendremos agua para el regadío ni agua de boca para las personas, advierten.
La medida ya afecta a las empresas del municipio, algunas han parado su producción. En la calle algunos vecinos lo que temen es quedarse sin agua. Y aunque hay esperanza que en otoño se revierta la situación, las previsiones no son buenas.