La hostelería sigue haciendo malabares para dar servicio a sus clientes. Faltan mariscos y pescados y se presenta un fin de semana de escasez. Además, algunas grandes marcas de restauración han cerrado establecimientos por la huelga de los transportistas.
Los restaurantes madrileños aguantan el tirón e intentan mantener las cartas con las menores variaciones posibles.
Escasean algunos productos, sobre todo los pescados frescos, y la hostelería reorganiza la carta y cambia menús. Toca hacer eso y explicar a los clientes que no tienen algunos de sus platos estrella en la carta.
No obstante, lo peor que llevan es la escalada en los precios de la luz. “Estamos pagando un 45% por ciento más “, señala el restaurador Juanjo López.