Como hay muchos niños y adultos y en una sola noche es muy difícil llegar a todos ellos, los Reyes Magos siguen teniendo algo de ayuda.
En este caso, para que los regalos lleguen a quienes viven en hogares de acogida o en situaciones de precariedad, los encargados de conseguirlo son un grupo muy especial de pajes, que han llevado más de 15.000 regalos por toda España.
Llenan hasta arriba de sueños las alforjas de los niños y de los mayores en residencias, parroquias y centros de acogida. Con un fin, ayudar a los que más lo necesitan.
Los jesuitas les han cedido un local. No descansan y han trabajado desde sus casas. Reciben todo tipo de peticiones ante las necesidades de las personas más vulnerables.
La iniciativa surgió en 2007 con tan solo 7 voluntarias y ahora son más de 60 repartidos por toda España.
Dan regalos a niños que han sufrido malos tratos o mayores de los que nadie se acuerda. Como respuestas, miradas y sonrisas llenas de felicidad, pero también de esperanza.