Desde que terminó el estado de alarma, hace un mes, han fallecido a manos de sus parejas tantas mujeres como en los primeros cuatro meses del año.
De confirmarse como un asesinato machista, la víctima de Pozuelo sería la número 17 en lo que va de año y la novena desde el 9 de mayo, cuando se levantó el estado de alarma.
Según los psicólogos, los agresores sienten ahora que pierden el control sobre sus víctimas.
Confinadas con su agresor
Bárbara ha vivido a través del teléfono la angustia de sus pacientes, confinadas con su agresor en su hogar. "No era un refugio sino estar expuestas a un peligro inminente".
Días sin la tregua de ir a buscar a los niños al colegio, ir al médico, había que evitar la discusión, no dar motivos al maltratador para la agresión. "Con miedo todo el rato, sin saber cómo va a reaccionar".
Tras meses de sometimiento, el 9 de mayo termina el estado de alarma, hay más libertad. "Ellos sienten que ese poder lo están perdiendo".
Desde ese 9 de mayo, ocho mujeres han muerto a manos de sus parejas. La mayoría no había denunciado. "Las demandas que les hacen siempre van creciendo".
Las victimas tardan hasta ocho años en darse cuenta. Su entorno debe ayudarles a salir. "No podemos dejar sola a la víctima". Con la denuncia llega la protección y termina la impunidad del maltratador.