El sector del automóvil ve con preocupación la anunciada subida del impuesto de matriculación, una vez concluida la actual moratoria aprobada por el Gobierno, ya que supone un nuevo desincentivo a la compra de vehículos.
Este sector mueve un 13% del PIB y un 11% del empleo, pero advierte que la subida de este impuesto puede ser "la puntilla" ya que en los últimos meses están teniendo que hacer frente a la crisis de la falta de suministros y una reducción de la producción. Esto ya se está traduciendo, afirman, en un desplome en las ventas, que supone un 26,7% menos respecto a las ventas del año 2019.
Se calcula que 4 de cada 10 coches, es decir el 40%, de los que se matricularán en 2022 se verán afectados por este incremento que será de media de 1.500 euros.
Piden al gobierno central que haga caso a su reivindicación, porque "se está desmovilizando la demanda" en un momento en el que sigue aumentando la antigüedad del parque automovilístico, que ya es de media de más de 13 años.