En página política, la condición de Puigdemont de una amnistía a cambio de su apoyo a Sánchez para investirle presidente del Gobierno ha centrado el debate la última semana, una vez que el PSOE se ha abierto a negociar este punto. Pedro Sánchez dice que es optimista con ese diálogo, que supone un nuevo cambio de opinión política, según como califica Sánchez estos giros de criterio.
En 2016, el entonces líder de la oposición, decía en sede parlamentaria sobre una posible mayoría progresista que necesitase a los grupos independentistas . "Lo he dicho en público y lo digo aquí para que coste en acta, yo no voy a permitir, con todos los respetos hacia los votantes de ERC, que la gobernabilidad de España descanse en partidos independentistas", dijo.
La pasada legislatura descansó, entre otros en Bildu y Esquerra Republicana. Ahora, para ser investido presidente, Pedro Sánchez necesita a a ERC, Bildu y también a Junts, del prófugo Puigdemont, que es además un partido de derechas y que ha puesto la amnistía como condición.
Una amnistía que rechazaron en la pasada legislatura, además del propio Sánchez, hasta 12 ministros, entre ellos Miquel Iceta, quien llegó a decir que "sería propio de un cambio de régimen".
Precisamente ese es uno de los argumentos de algunos destacados miembros del PSOE que esta semana se han desmarcado públicamente de la intención de Sánchez y su gobierno. Voces tan cualificadas como la de Felipe González, Alfonso Guerra, Joaquín Leguina, Ramón Jauregui, Lambán o Illa.