Nos volvemos más laxos a la hora de seguir las pautas de seguridad
REDACCIÓN
Un estudio de una universidad de Chicago ha puesto nombre al cansancio que nos provoca un cofinamiento prolongado, acompañado por otras medidas de seguridad.
Lo llaman "síndrome de la fatiga de precaución" y puede llevarnos ha descuidar, e incluso ignorar, las medidas de precaución que hay que tomar.
A medida que pasa el tiempo y el confinamiento y otras medidas de precaución continúan, la motivación disminuye, nos volvemos más laxos a la hora de seguir las pautas de seguridad y potencialmente nos ponemos y ponemos a otros en peligro.
"Cuando vemos que la pandemia no desaparece y que las medidas de seguridad se prolongan, dice la doctora Jacqueline Gollan, profesora de psiquiatría en la facultad de medicina de la universidad Northwestern, empezamos a sentirnos física y mentalmente agotados, y a centrarnos en lo negativo".
"No hay que bajar la guardia", dice Barbara Hill. "A veces la gente no guarda las distancias de seguridad, no les importa o son inconscientes", dice Ron Kovach.
"Prefiero usar mascarilla y guantes todo el tiempo que sea necesario, dice Bakiba Burke, que no tener que enterrar a alguien o que alguien tenga que enterrarme a mí".
En su mayoría, los vecinos de Chicago se resignan a hacer lo que tienen que hacer para mantenerse a salvo, pero, ¿cuanto durará esa actitud?. ¿Acabaremos cayendo en el síndrome?.