Gallinejas, minutejos, carrillera... son algunos de los peculiares nombres que reciben las partes menos vistosas de la vaca, el cordero o el cerdo. Hay quien los rechaza por su aspecto, mientras que otros lo consideran un bocado delicioso. Conocidos como despojos o desechos, algunos se han convertido en platos típicos con tradición castiza, como los famosos callos a la madrileña.
Hablamos de casquería, productos que están recuperando su popularidad y que son el corazón de varias empresas madrileñas. Y el rey de la casquería son los callos, un plato ideal para los días fríos del invierno.