“Aquí vivía dentro de una caja de galletas, en la confitería Prast, Ratón Pérez”. Así dice la placa que podemos encontrar en el número ocho de la calle Arenal de Madrid. Y es que esta era la residencia oficial del conocido Ratoncito Pérez. Un lugar que ahora se ha convertido en un museo en su honor.
El Ratoncito Pérez es ese carismático personaje que visita a los niños cuando se les cae un diente. Los pequeños de casa tienen que dejarlo debajo de la almohada y, a cambio del diente de leche, el Ratoncito Pérez les deja un regalo.
El primer documento escrito en el que aparece Ratón Pérez como referente y protagonista data de 1902. Su autor, Luis Coloma, era un jesuita que, por aquel entonces, compaginaba sus labores como miembro de la Real Academia de la Lengua y como consejero espiritual de la Corona.
Un día le encargaron a Luis Coloma escribir un cuento para el pequeño Alfonso XIII cuando se le cayó un diente de leche a los ocho años. En el relato se decía que cerca del Palacio Real vivía un roedor con su familia en una caja de galletas que se guardaba en el almacén de una confitería, la confitería Prast, en la calla Arenal. Cada noche, el Ratoncito Pérez visitaba las habitaciones del futuro rey y de los otros niños para dejarles un regalito por cada diente que perdían.
Es precisamente en este lugar en el que Ratón Pérez vivía con su familia donde encontramos un museo en su honor. Este museo abarca dos locales en los que tanto niños y mayores pueden conocer de primera mano cómo era la casa en la que vivía el ratón, consultar la documentación histórica que existe sobre el personaje y observar dientes de leche "certificados" de personalidades como Beatrix Potter, Beethoven, Isaac Newton o Rosalía de Castro.