La Comunidad de Madrid cuenta con seiscientos treinta y tres kilómetros de carreteras secundarias y más de mil doscientos kilómetros de vías locales. Todas ellas permiten la circulación entre municipios. Conducir por estas pistas es dejarse llevar por caminos poco transitados, pero repletos de encanto. Madrid desde el aire nos propone cinco itinerarios muy especiales para disfrutar de primera mientras recorremos nuestras ‘Carreteras secundarias’.
A lo largo del sureste madrileño disponemos de una red asfaltada de posibilidades. Nos disponemos a recorrer la que comienza en Loeches, una ruta que nos llevará a través de la M-219, la M-220 y la M-221 hasta el punto más al sur y al este de Madrid, Estremera. Campo Real, Carabaña y Brea de Tajo son los municipios que visitaremos en nuestro camino.
Nos dirigimos al norte de la región. Partiremos de Torrelaguna, cuyo casco urbano fue declarado Conjunto Histórico Artístico, para serpentear la M-131 y la M-133 en un trayecto que nos descubrirá dos históricas atalayas (Arrebatacapas y El Berrueco) y el mayor embalse de la comunidad. Nuestro destino: El Atazar.
Al oeste de Madrid vamos a emprender dos rutas. La primera de ellas recorre algunas de las localidades de la llamada Ruta Imperial, lugares que podría haber visitado Felipe II en sus desplazamientos a San Lorenzo de El Escorial. Un recorrido que finaliza en esta localidad y que arranca en Valdemaqueda y que pasa por las carreteras M-537, M-512 y M-505.
La segunda recorre el rincón más occidental del territorio madrileño. Arrancamos motores en Cenicientos y zigzagueamos hasta San Martín de Valdeiglesias. Un recorrido que nos lleva por las carreteras M-545, M-546, M-507, M-542 y M-501 y que nos descubre municipios como Rozas de Puerto Real y Cadalso de los Vidrios.
Nos movemos ahora en el límite de la Sierra Norte de Madrid, próximos a la provincia de Segovia. Un recorrido desde Villavieja del Lozoya hasta lo más alto del municipio de Canencia. Descubriremos las localidades de San Mamés, Navarredonda, Pinilla de Buitrago y Gargantilla del Lozoya. Un viaje por la M-634, la M-635, la M-604 y la M-629 que nos conducirá hasta el puerto de Canencia.
Hemos recorrido solo una parte de todo los que nos pueden ofrecer las carreteras secundarias. Viajes en los que disfrutaremos con calma de cada kilómetro. Con calma y con precaución, porque lo importante es llegar y, sobre todo, vivir cada destino como se merece.