En la ermita de San Antonio de la Florida nos encontramos con un magnífico conjunto de frescos pintados por Goya
Foto: Redacción |Vídeo: Telemadrid
Una de las iglesias más singulares de Madrid es la ermita de San Antonio de la Florida. Esta ermita situada junto al río Manzanares es uno de los templos más populares de la capital, famoso gracias a la romería que se celebra el 13 de junio y a la verbena que se celebra en el Parque de la Bombilla, justo detrás de la ermita.
Su exterior sobrio de estilo neoclásico no llama especialmente la atención. Todo lo contrario ocurre con su interior, que contribuye a la fama del conjunto y que cuenta con un elemento único: los frescos de Goya que adornan sus techos. Un grandioso conjunto pictórico que el artista aragonés pintó a finales del siglo XVIII.
La ermita de San Antonio de la Florida, que alberga frescos pintados por Goya, está integrada en la red de museos municipales. Hemos firmado un convenio con Patrimonio Nacional y la Academia de San Fernando para impulsar su conservación y su difusión.https://t.co/yjYZE77GUjpic.twitter.com/EfYA4b1E7N
En la cúpula está representado el Milagro de San Antonio, el milagro de la resurrección de un hombre asesinado. El santo resucita a un hombre asesinado para que testifique a favor de su padre, acusado de un crimen. Sobre un paisaje de fondo, el acto está pintado dentro de una barandilla ficticia tras la que se asoma una galería de personas del pueblo, que contemplan el acontecimiento.
Desde 1919, los restos del artista descansan en el templo, en una tumba con su nombre a los pies del presbiterio. Lo único que falta del pintor es su calavera, que, supuestamente, se perdió en su primer enterramiento en Burdeos.
Una ermita gemela
La ermita original, dedicada a San Antonio de Padua, se construyó frente a la fuente del Abanico por orden de Carlos IV y obra de Francisco de Fontana entre 1792 y 1798. De estilo simple y elegante, tiene una planta de cruz griega y un ábside semicircular en la cabecera, que da lugar a un espacio central dominado por una cúpula iluminada mediante linterna.
Debido a la preocupación por garantizar su conservación, en 1905 fue declarada Monumento Nacional, y en 1925 se levantó una ermita gemela a su lado para trasladar el culto y preservar así las pinturas.