En el Parque de El Retiro se encuentra este histórico edificio desde el que explorar el espacio
Foto: Redacción |Vídeo: Telemadrid
La zona suroeste del Parque de El Retiro, la más próxima a la estación de Atocha, es quizás, la menos frecuentada por el público. Sin embargo, aquí, a pocos metros del Museo Nacional de Antropología (concretamente en el número tres de la calle Alfonso XII), encontramos un histórico edificio: el Real Observatorio de Madrid.
Sobre una pequeña colina conocida como el cerrillo de San Blas, y donde años antes estuvo la ermita de San Blas, se encuentra el observatorio. Un lugar privilegiado debido a su posición elevada. Además, al encontrarse a las afueras de la ciudad (en el momento de su construcción), lo convertían en un paraje retirado ideal para las observaciones astronómicas y para el estudio.
Además, la elección de este lugar era parte del plan para consolidar la Colina de las Ciencias, que en aquel entonces estaba formada por la Academia de Ciencias (el ahora Museo del Prado) y el Jardín Botánico. De hecho, todo el recinto del Observatorio está catalogado como conjunto artístico histórico.
Los tres edificios del observatorio
El Real Observatorio fue fundado por iniciativa de Carlos III y ante la insistencia del humanista, ingeniero naval y científico Jorge Juan. Sin embargo, no fue hasta poco años después de la muerte de ambos, en 1790, cuando se firmó el decreto que aprobaba su creación y comenzaron las obras.
El edificio principal, diseñado por Juan de Villanueva y que recibe el nombre de Edificio Villanueva en su honor, es de estilo neoclásico y el más antiguo. Alberga una gran biblioteca con mobiliario de la época y con una colección de más de seis mil libros antiguos, la mayoría sobre astronomía y geografía.
El otro lado del Edificio Villanueva, en la sala del Meridiano de Madrid o de la Hora, acoge un gran número de instrumentos relacionados con el universo y el espacio, como telescopios originales de Herschel de 1796, un círculo meridiano de Repsold de 1854, una colección de relojes de precisión o un espejo de bronce pulido por W. Herschel y que puede visitarse. La rotonda central está presidida por un péndulo de Foucault, que ilustra la rotación diaria de la Tierra.
El pabellón Herschel es una construcción reciente y de diseño más moderno. Se pensó exclusivamente para albergar la réplica del gran telescopio de sesenta centímetros de diámetro que William Herschel diseñó y construyó expresamente para el observatorio hacia 1798. Este telescopio fue destruido durante la ocupación napoleónica, pero hoy en día puede contemplarse una réplica idéntica.
El resto de la colección se visita en la Sala de las Ciencias de la Tierra y del Universo, de reciente construcción y concebida para albergar un museo. En ella se exponen instrumentación de interés histórico tanto del Observatorio como del Instituto Geográfico del Nacional (IGN), organismo del que depende desde 1904. Por otro lado, algunos vídeos en la sala muestran la evolución de la ciencia en estos campos.
El observatorio en la actualidad
Desde sus inicios, el Real Observatorio ha desempeñado funciones en los campos de la astronomía y las ciencias de la tierra (física solar y estelar, mecánica celeste, conservación oficial de la hora, geodesia, cartografía, geomagnetismo, sismología, meteorología).
En la actualidad, alberga las sedes del Observatorio Astronómico Nacional y del Observatorio Geofísico Central. Durante las últimas décadas, el observatorio ha sido pionero en el desarrollo de la radioastronomía en España y de sus aplicaciones en los estudios de interés astronómico y geodésico. De igual modo, ha puesto en marcha el Centro de Recepción de Datos del nuevo servicio nacional de vigilancia y alerta volcánica.