Madrid es un espacio, una ciudad, pero también lo es las gentes que lo habitan. Y también es una idea, un sentimiento, un conjunto de emociones y una fuente de inspiración constante. Lo fue para los reyes, que en los paisajes de la Comunidad de Madrid levantaron magníficos edificios. Lo fue y lo sigue siendo para los artistas. Madrid ha sido pintada, contada y cantada por artistas de dentro y de fuera. Al fin y al cabo, el que llega a Madrid es de aquí. Lo fue Galdós, que era canario; lo es Sabina, que es andaluz; y tantos otros que en estas tierras han encontrado su musa. Madrid desde el aire nos descubre ‘El Madrid que inspira’.
Madrid es la capital del reino desde 1561, cuando Felipe II decidió instalar aquí la corte de forma permanente y construyó un alcázar donde luego se levantaría el Palacio Real. Desde entonces, no ha dejado de generar ríos de tinta, miles de notas musicales y, cuando llegó el momento, supo convertirse en un escenario de cine.
Los autores del Siglo de Oro no solo se inspiraron en Madrid, sino que también fueron vecinos de la Villa y Corte, de ahí que la conocieran mejor que nadie. Por algo tenemos un Barrio de las Letras lleno de nombres ilustres, un callejero que es un manual de literatura.
Y llegamos al monumental Madrid de Carlos III, el del mármol esculpido de la fuente de Cibeles y el tridente poderoso del dios Neptuno. Sin olvidarnos del Museo del Prado, la gran pinacoteca de España y el orgullo universal de la ciudad.
Inspirado estuvo Felipe IV, que en el siglo XVII decidió la construcción del Parque del Retiro. Y también lo estuvieron los sucesivos monarcas que lo completaron. Los madrileños lo hemos llenado de vida desde 1868, cuando se abrió al pueblo de la capital, y lo encontramos en las páginas de numerosos escritores que han reflejado su tiempo, de Benito Pérez Galdós a Rosa Montero.
Cuesta imaginar Madrid sin la Gran Vía, una arteria llena de vida, aunque lleva con nosotros poco más de cien años. Un tiempo en el que ha sido testigo de numerosos acontecimientos, del primer rascacielos (el Edificio Telefónica) al primer bar que sirvió cócteles en España.
Si hay un lugar donde a los madrileños nos gusta encontrarnos es la Puerta del Sol, lugar de cita, lugar de paso, espacio de literatura y de música, pero, sobre todo, lugar de vida. Y desde aquí nos dirigimos a otro punto de encuentro que se transformó de plaza del mercado en Plaza Mayor.
La sierra de Guadarrama enamoró a pintores, escritores y poetas y se convirtió en su musa y su fuente de inspiración. Aquí hallamos un intrincado paisaje granítico de características únicas, La Pedriza.
Pero la belleza de nuestra sierra no es el único regalo que ha hecho la naturaleza a los madrileños. Disfrutamos de una variedad de paisajes que asombra a propios y extraños. El carácter del territorio madrileño y sus gentes, los dos llenos de contrastes, contradictorios y complementarios. Una fuente inagotable de historias que seguirá alimentando la inspiración de nuestros artistas.