En la madrileña Gran Vía encontramos el Museo Chicote, la primera coctelería de España
Foto: Redacción |Vídeo: Telemadrid
Cuesta imaginar Madrid sin la Gran Vía. Pero esta arteria llena de vida solo lleva con nosotros poco más de cien años. Sin embargo, ese tiempo le ha bastado para ser testigo de innumerables acontecimientos, desde el primer rascacielos (el Edificio de Telefónica) al primer bar que sirvió cócteles en España, con chotis incluido. Hablamos del Museo Chicote.
“Cruzar la puerta giratoria de Museo Chicote es entrar en una cápsula del tiempo en la historia de Madrid, un templo cuya barra es el altar y los cocktails sus dioses”. Así describen desde la propia web de Museo Chicote a este mítico establecimiento.
Y no es para menos, ya que esta emblemática coctelería situada en la Gran Vía ha sabido conservar lo mejor de su historia, llena de glamour y encanto. Muestra de ello la encontramos en la original decoración Art Decó del local, encargada al famoso arquitecto de la época Luis Gutiérrez Soto, que todavía se conserva intacta dese su apertura.
Este templo del cóctel madrileño se mantiene igual desde 1931: los mismos sofás que en su época usaron Ava Gardner o Grace Kelly o las sillas de metal cromado de los años cincuenta donde se sentaron Bette Davis o Frank Sinatra.
A pesar de ello, Museo Chicote no ha dejado pasar el tren de la modernidad, que está presente en un estimulante juego de luces que cambia según el momento del día y en una cabina donde un dj pincha sus temas musicales. Esta música en directo nos acompaña mientras nos tomamos un brunch con barra libre de mimosas.
La fama de los cócteles de Chicote no tenía fronteras y por su barra pasaron algunos de los personajes más ilustres del cine, el teatro, la música y la literatura. En sus paredes repletas de fotografías podemos hacernos una idea de la popularidad del local.
Unos cócteles incomparables, buena música, un ambiente exquisito, tranquilo, moderno y con encanto y un público de lo más variado. Museo Chicote continúa en la actualidad con la misma esencia que la de sus orígenes, con un toque canalla y, a la vez, glamuroso.