La Comunidad de Madrid es una zona de una gran riqueza histórica. El pasado del territorio madrileño ha sido testigo de numerosos acontecimientos y de la sucesión de diferentes culturas: los romanos, los visigodos, la época islámica, la llegada de los Austrias primero y después de los Borbones... Pero todas estos periodos se quedan recientes si los comparamos con los restos descubiertos en Pinilla del Valle.
En Pinilla del Valle, una de las poblaciones menos habitadas de la Comunidad de Madrid, se hallaron los restos humanos más antiguos de toda la región madrileña. A orillas del embalse de Pinilla, en la zona conocida como Los Calveros o Calvero de la Higuera, se encontró en el año 1979 un yacimiento arqueológico del Cuaternario
Considerado como uno de los más ricos de España, en las diversas excavaciones realizadas desde su descubrimiento se han encontrado valiosos restos arqueológicos, como dos molares de homínidos que demuestran que el Valle Alto del Lozoya estuvo poblado... ¡hace más de 80.000 años! El hallazgo fue declarado en 2004 Bien de Interés Cultural en la categoría de Zona Arqueológica y Paleontológica.
El Valle de los Neandertales
El proyecto “El Valle de los Neandertales” tiene como principal objetivo estudiar estos yacimientos arqueopaleontológicos descubiertos en el Valle Alto del río Lozoya. En la actualidad el conjunto incluye siete yacimientos cársticos con cronologías que abarcan desde el último tercio del Pleistoceno Medio hasta mediados del Pleistoceno Superior (entre 300.000 - 40.000 años antes de la actualidad).
Estos yacimientos contienen registro tanto de los animales y las plantas que vivieron en el Valle a lo largo de todo este tiempo como de los seres humanos que eligieron las cuevas y abrigos de la zona como morada, así como de las actividades que realizaron.
Dos especies son las protagonistas del conjunto de yacimientos. Por un lado, el hombre de Neandertal (Homo neanderthalensis), y, por otro, la hiena manchada (Crocuta crocuta). Gracias a ellos se produjeron las concentraciones de restos de otras especies de vertebrados: tras cazarlas y transportarlas a las cuevas para consumirlas, abandonaban en ellas los despojos.
Sin embargo, las campañas del proceso de investigación han sacado a la luz fósiles de otras especies:
- Micromamíferos: distintas clases de roedores y algunos insectívoros.
- Macromamíferos: jabalíes, toros salvajes, gamos, ciervos, corzos, caballos, rinocerontes, gatos monteses, hienas, leones, osos pardo, lobos, zorros, comadrejas...
- Peces
- Anfibios y reptiles como sapos comunes , varios tipos de ranas, culebras, tortugas, lagartos y lagartijas, entre otros.
Algunos de estos restos presentan quemaduras y golpes, lo que demuestra que, ya en aquellos tiempos, el ser humano ya utilizaba el fuego y cazaba con armas primitivas. Además, también se han descubierto restos de hogares habitados por homínidos y piezas típicas de la industria lítica.
300.000 años de historia del Valle Alto del Lozoya
En total, existen cuatro yacimientos localizados en la zona del Calvero de la Higuera:
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Cueva del Camino: el primero de los yacimientos (descubierto en 1979) se excavó hasta 1989. Aquí se encontraron dos molares neandertales y, posteriormente, otros hallazgos que permitieron saber que era un cubil de hienas y no un asentamiento humano.
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Abrigo de Navalmaíllo: descubierto en 2002, fue un campamento de neandertales y conserva restos de las actividades que los homínidos llevaron a cabo aprovechando el abrigo de la roca.
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Cueva de la Buena Pinta: descubierta en 2003, también fue un cubil de hienas. En la campaña de 2007 se localizaron dos molares de la especie Homo neanderthalensis pertenecientes al mismo individuo, posiblemente una niña.
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Cueva Des-Cubierta: En 2009 se descubrió este complejo de antiguas galerías rellenas por sedimentos fosilíferos y que ha dado origen a nuevos y valiosos hallazgos.
El estudio de este conjunto de yacimientos, realizado por un amplio conjunto de especialistas en distintos campo de la arqueología, la paleontología y la geología, está permitiendo reconstruir los cambios ambientales que ha experimentado el Valle Alto del Lozoya a lo largo de casi 300.000 años y relacionar cómo esos cambios han afectado al comportamiento de los homínidos y a las especies de fauna y flora que vivían en el Valle.