Sobrevolar la Comunidad de Madrid nos permite contemplar el mundo de contrastes que encierra. Una región dinámica y vanguardista, la de los negocios y la vida en permanente ebullición. Pero esa no es la única imagen ni la más completa.
No lejos de la capital y su cinturón urbano encontramos otra estampa totalmente diferente: la de los espacios naturales, los inviernos rigurosos, los pueblos de piedra y las casas cerradas. Posiblemente la zona más bella de la geografía madrileña, aunque también el territorio más deshabitado.
Madrid desde el aire nos descubre en este programa ‘El Madrid que se vacía”.
Hasta 75 municipios madrileños tienen menos de 2.500 habitantes. Aunque suponen solo el 1 % de la población, ocupan el 42 % del territorio regional. De todos ellos, 17 tienen menos de 200 vecinos y se concentran en el vértice septentrional del triángulo madrileño, la llamada Sierra Norte de Madrid.
Para la mayoría la Sierra Norte significa naturaleza y ocio, pero para sus habitantes es el centro de sus vidas y conseguir que no se vacíe es una cuestión de supervivencia. Madarcos, La Hiruela y Robregordo son las tres poblaciones más deshabitadas de la Comunidad de Madrid.
La despoblación es un fenómeno que llegó con fuerza a la Sierra Norte a mediados del siglo XX. Hasta entonces, una economía basada en la ganadería y los recursos forestales y una agricultura orientada al abastecimiento familiar y a los intercambios comarcales permitió a sus habitantes sobrellevar con esfuerzo las dificultades.
La vida cambió a partir de la década de los 60 del pasado siglo. El despegue de la industria en Madrid y su corona metropolitana, junto con las medidas de apertura y desarrollo, propiciaron la emigración. Entre 1958 y 1972 el éxodo rural supuso la pérdida de casi el 30 % de la población de la zona.
El agua de Madrid es uno de los tesoros del territorio. Un bien que muchos consideran como la mejor del mundo y que proviene del río Lozoya. Numerosos embalses se asientan en la sierra madrileña para asegurar el abastecimiento de agua.
Además de las maravillas del Parque Nacional de la Sierra del Guadarrama, lugar de inspiración para numerosos escritores y paisaje retratado por los mejores pintores, el territorio madrileño nos ofrece muchos otros atractivos, como el yacimiento arqueológico de Pinilla del Valle, lugar en el que habitaron los neandertales. Sin olvidarnos del ‘Valle de los sueños’ de Puebla de la Sierra, un parque arquitectónico al aire libre en plena sierra del Rincón.