En Madrileños por el mundo hemos visitado Chile, el país más largo del mundo: 4.700 km de longitud y no más de 177 km de ancho, el equivalente a casi dos vueltas por la Tierra a través de la línea del Ecuador. Allí viven 17 millones de habitantes y su capital es Santiago. La gran extensión del país hace que tenga una de las geografías más diversas del mundo, y por tanto, también una increíble diversidad de clima: mediterráneo continental, desértico costero, estepárico de altura, templado, marítimo lluvioso, tundra, polar...
En Chile se encuentra el desierto más seco del mundo, Atacama, con un área de 363.000 kilómetros cuadrados. Allí se registró la sequía más grande de la historia que duró cuarenta años. También es un país de volcanes, con cerca de dos mil, quinientos de ellos activos. A 6.893 kilómetros de altura se encuentra el cráter del volcán más alto del mundo, el Ojos del Salado, ubicado en la región del desierto de Atacama. Además, de por sus bellos paisajes, Chile es conocido por sus sismos. Allí, en 1960, se registró el terremoto de mayor magnitud de la historia, 9.5 grados en la escala Richter, en la ciudad de Valdivia, de una potencia tal que alcanzó a sentirse hasta en Hawaii.
En medio del océano Pacífico, en la Polinesia, se encuentra la Isla de Pascua, conocida como Rapa Nui en polinesio, y que pertenece administrativamente a Chile desde 1888 y ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. En la Isla de Pascua perduran los restos de una misteriosa cultura ancestral, la etnia rapanui, especialmente sus enormes estatuas conocidas como moái, nombre que significa “rostro vivo de los ancestros”. La teoría más aceptada es que estos moái eran construidos por los rapanui para representar a sus ancestros, gobernantes o antepasados, según la creencia de que después de muertos podían extender su poder espiritual sobre la tribu para protegerla.
También hemos visitado Valparaíso, una de las ciudades más importantes del país, por su cultura como por su actividad económica. Está considerada como el “puerto cultural” de Chile, y es que hasta su forma y ubicación geográfica evocan a un anfiteatro natural ubicado en la bahía, rodeada por hermosos cerros y decorada con unas coloridas fachadas.