Julia tiene 65 años y desde que murió su marido, hace 15, le sustituye como sacristana del municipio. Vive en una de las casas más antiguas y con más historia de Anchuelo. Nos esperará con su estufa de leña encendida y nos la enseñará igual que hace con los turistas que se lo piden. Les enseña cómo eran las casas antiguas y las bodegas.