El puente de Gascosnes se sitúa en unas antiguas vías de tren abandonadas. En este puente, la empresa HighJump realiza la actividad de puenting con sus clientes. Este puente tiene diferentes alturas para realizar distintos saltos como saltar de pie, de espaldas, agarrado al arnés integral, de cabeza, de frente o agarrado al arnés de tobillo. Su máxima altura se ubica en uno de los primeros arcos llegando a los 40 metros y siendo el lugar más alto desde donde practicar esta modalidad en toda la región. Desde otros lugares del puente se realizan saltos de 20 metros a una altura de 30 metros.
Marta Jiménez, CEO de HighJump, comenta que eligieron este lugar por estar aislado del ruido de la ciudad y está conectado con la naturaleza teniendo un bosque de roble que cambia con cada estación.
Las herramientas que utilizan para los saltos son unos anclajes químicos para fijar el salto y otro de bloqueo. Utilizan una cabecera en una parte solida del puente para pasar una cinta que tiene una resistencia de 2.200 kilos. La resistencia con este anclaje se multiplica y posibilita una mayor seguridad para los saltadores. En la barandilla del puente hacen otro anclaje que sirve como bloqueo.
El precio varía en función del tipo de salto. Los precios de esta empresa oscilan entre los 20 y los 90 euros.