Construido en 1920, el Palacio del Canto del Pico es un símbolo de Torrelodones, casi en ocasiones maldito. Situado a más de mil metros de altitud, se encuentra junto a un canto granítico en forma de pico de ave que da nombre al palacete. Se trata de un capricho del conde de Las Almenas, José María del Palacio y Abárzuza, para albergar su colección de arte.
Desde este palacio se pueden ver hasta 35 municipios de la Comunidad de Madrid. En su interior, ha tenido una historia artística importante. "El conde era un gran investigador y erudito de la historia del arte. Además, oincide con la época de los grandes coleccionistas", señala Antonio Iraizoz, arquitecto urbanista.
Sin embargo, a pesar de ser declarado Monumento Nacional a los ocho años de su construcción, este palacio conserva en su interior una serie de muertes, expolios, incendios y robos que lo tachan de maldito. Don Antonio Maura, quien pintaba en las instalaciones los paisajes de alrededor con acuarela, falleció en el interior por un infarto en las escaleras. Maura fue presidente del Consejo de Ministros hasta en cinco ocasiones durante el reinado de Alfonso XIII.
Otro hito de este emplazamiento fue la Guerra Civil, ya que aquí se erigió un puesto de mando republicano y sede del Estado Mayor desde donde se dirigió la Batalla de Brunete. Fue capitaneada por el General Miaja y el ministro de Defensa, Indalecio Prieto. El cuartel general seguía estando en Madrid pero desde aquí se mandó porque se veía con nitidez todo el campo de batalla usando binoculares.
Al acabar la guerra, y tras la muerte del conde de Las Almenas, este lo cedió a Francisco Franco. El dictador disfrutó del lugar durante 35 años como finca de recreo y al morir se la dio a su hija. "A los pocos años se lo vende a un hostelero que pretende crear un hotel, pero al estar ubicado en un parque regional es complicado hacerlo", señala Pablo Schell, arqueólogo. Actualmente, el Palacio del Canto del Pico se encuentra en ruinas, en un estado decadente y abandonado.
El lugar, frecuentado por el bando republicano
Más adelante, "hay un observatorio blindado que debe ser una obra posterior, ligado a las líneas de defensa de la guerra". La función de este observatorio era ver el campo enemigo y el propio. Formaba parte de la línea defensiva del frente republicano Atalayuela-Pendolero.
"Seguramente fue construido con hormigón y con posterioridad a la batalla de Brunete, cuando ya había frentes de batalla en marcha", asegura Schell. Esta construcción está compuesta de dos cuerpos, uno inferior donde estarían los mapas y las comunicaciones y arriba la zona de observación.
Desde este puesto se divisa el Monte de El pardo y la carretera de la Coruña, un eje fundamental durante la guerra. "Ahora está destrozada. desde que llevo viniendo hace 30 años cada vez ha ido a peor, exponencialmente. Ahora están hasta arrancando ladrillos y las valles, es un vandalismo salvaje. Es un elemento destruido por destruir", concluye.