El nuevo coronavirus ha aumentado el miedo a ir a urgencias, lo que explica el descenso significativo de visitas a estos servicios. Es el caso de los infartos. El número de personas atendidas por esta dolencia cardíaca ha descendido un 40% desde que comenzó la crisis del Covid-19 y los profesionales sanitarios se encuentran con cuadros más graves por esa demora.
Lo mismo ha ocurrido con las urgencias pediátricas que han disminuido un 70%. Los padres tardan más de lo normal en llevarles al médico, por lo que los pediatras se encuentran casos más graves de lo habitual.
Los médicos insisten en que es seguro acudir a los hospitales y centros de salud donde se está atendiendo las urgencias con normalidad, respetando, eso sí, las medidas de seguridad e higiene.