La vuelta a la actividad laboral tras un período de vacaciones tiene sus consecuencias en la salud mental. El síndrome del trabajador quemado es una sensación persistente de agotamiento ante el trabajo. Y las vacaciones ayudan a dejarlo atrás, pero solo por un tiempo. A los cinco días de volver al trabajo, se calcula que comienzan a quedar atrás sus beneficios.
¿Cómo es posible que a los cinco días de regresar de vacaciones muchas personas quieran volver a marcharse? ¿No han sido suficientes los días de desconexión, o es que estamos tan quemados que las pilas no se han recargado lo necesario?
¿No será que tenemos el síndrome del trabajador quemado? Consiste en un agotamiento físico, mental y emocional que se presenta como resultado de exigencias agobiantes, estrés crónico o insatisfacción laboral. Progresivamente el trabajador sufre una pérdida del interés por sus tareas.
¿Cómo se consigue revertir una situación así? Es muy importante identificar y modificar las condiciones de trabajo que lo han producido, y en casos de exposición prolongada puede ser necesaria una reubicación del trabajador o un asesoramiento psicológico.
Si evaluamos y protegemos al trabajador con síntomas de estar quemándose podremos evitar daños a la salud y recuperar un trabajador eficiente. La prevención es posible.