Las personas con altas capacidades son aquellas que destacan intelectualmente sobre la media de población. También se habla de altas capacidades cuando un alumno sobresale en una determinada área porque tiene un talento especial.
Pero… ¿Qué diferencias hay entre tener altas capacidades y ser superdotado? Tener altas capacidades no depende solo del número del coeficiente intelectual: son personas con se expresan muy bien, capaces de adaptarse a nuevas situaciones, rápidas de mente, con alta creatividad, imaginativas, maduras y con buena memoria.
En este programa de Eso no se pregunta hablaremos con personas con altas capacidades para conocer cómo es su día a día, qué facilidades tienen y a qué dificultades se han enfrentado a lo largo de su vida.
¿Cuándo supieron que tenían altas capacidades? ¿Se aburrían en el colegio? ¿Tener altas capacidades les ha causado problemas?
Laura, Paula, Andrés, Marina, Federico, Sandra y Marina Jensen son los protagonistas de este capítulo y responderán a todas nuestras cuestiones.
¿Es lo mismo tener altas capacidades que ser superdotado?
“Vivimos vidas normales. No somos genios, solo que, a lo mejor, tenemos unas singularidades en esa forma que tenemos de pensar o de percibir el mundo”
Aunque desde pequeña destacaba sobre sus compañeros, Laura, que ahora es inspectora de policía, no supo que tenía altas capacidades hasta que evaluó a su hijo. “Empecé a informarme para ayudarle a él y empecé a descubrir que me sentía identificada”.
¿Cuántas veces te han llamado ‘listilla’?
“Muchas veces. Usaban Lisa Simpson, Wikipedia cuando llegué a la universidad, pero mi favorito es el de Hermione. Si hay que ser listilla por lo menos ser como ella”
Paula es diseñadora gráfica. Ella supo que tenía altas capacidades a los nueve años, cuando llegó un profesor nuevo a su colegio. Las dudas y los comportamientos de Paula le llevaron a reconocer en ella rasgos de una persona con altas capacidades.
¿Cuándo supiste que tenías altas capacidades?
“Crecí sabiendo que era un chico con altas capacidades. Hacía cálculo matemático con tres años”
Andrés es psiquiatra y empezó muy pronto a hablar y a contar, tanto del derecho como del revés. Siendo todavía muy pequeño le hicieron tests y, a partir de ahí, descubrió que tenía altas capacidades.
¿Te aburrías en el colegio?
“Como una ostra. Un profesor le pidió a mi madre que me dijera que dejara de levantar la mano”
Los puntos fuertes de Federico (psicólogo) son el razonamiento abstracto y el campo verbal. Oficialmente supo que tenía altas capacidades hacia los treinta años, pero, extraoficialmente, se sentía diferente desde que era niño.
¿Tener altas capacidades te ha traído problemas?
“Me ha traído muchas ventajas, pero también muchos problemas. Veía el mundo de una manera distinta y pensaba me pasaba algo”
Marina Jensen es estudiante y siente un profundo interés por el mundo de la filosofía. Dos meses después de aprender a leer escribió un poema y, a raíz de aquello, su familia empezó a pensar que podía tener altas capacidades. Pero no estuvo segura hasta que una asociación contactó con ella.
¿Te sientes distinto?
“Sí, me siento distinta, muy diferente. En el colegio me llamaban bruja”
Marina es profesora y llegó a los treinta años con cinco carreras, haciendo los cursos de tres en tres. Recuerda que en el colegio le llamaban “bruja”, como si sus compañeros pensaran que ella tenía “una bola de cristal para saber cómo sacar la matrícula de honor”.
¿Miras por encima del hombro a los demás?
“La inteligencia ha sido un regalo, yo no he hecho nada por tenerla. No es mérito mío y no me siente especialmente orgullosa por tenerla”
Con nueve años a Sandra Miguel (psicóloga y opositora) le pasaron una extensa batería de test de inteligencia y de personalidad. Gracias a eso descubrió que era superdotada. Sin embargo, tuvo la mala suerte de que la orientadora de su colegio no quiso adaptar su educación a sus capacidades.