¿Sabíais que, hasta hace muy poco tiempo, los tomates cherry solo se utilizaban como elemento decorativo en el plato? Y es que no se valoraban sus propiedades como alimento. Afortunadamente, esto ha cambiado y ahora forma parte de muchas de nuestras recetas.
Nuestra compañera Sofía Irazusta se ha ido a la Finca La Isla en Arganda del Rey para conocer el cultivo hidropónico del tomate cherry.
“La peculiaridad que tiene este tipo de cultivo (el hidropónico) es que es un cultivo sin suelo”, nos cuenta Dámara, ayudante agropecuaria. “Utilizamos sustratos como la fibra de coco, la perlita y la lana de roca. Estos sustratos inertes no aportan nada al cultivo, pero facilitan que todos los nutrientes que le damos a la planta le lleguen con la calidad y las proporciones que nosotros queremos”.
En los cultivos tradicionales de invernadero, los suelos, debido a la sucesión de plantaciones, acaban perdiendo propiedades y se vuelven estériles. De ahí que el cultivo hidropónico se imponga como una fantástica opción.
Aquí tienen diversas variedades de tomates cherry: la variedad fresa, que es la más típica del mercado; la de cóctel, tigre o cebra, que es más diferente; y la variedad orange.