Fresno de Torote da nombre al término municipal compuesto también por la pedanía de Serracines, donde viven ahora los vecinos de este municipio ya que el propio Fresno permanece deshabitado.
Apenas ocupa dos calles y una plaza, sin embargo, resulta curioso los nombres que han paseado por este pequeño pueblo, en el que el tiempo se ha parado.
Su fundador fue el Marqués de Santillana en el s.XV. Después, las tierras fueron pasando a distintas ramas familiares, vinculadas a terratenientes de la nobleza española.
La vida de sus habitantes, ligada al cultivo de las tierras (más de 2000 hectáreas, sobre todo de cereal) ha dejado huella en los edificios del pueblo: una torre vigía metálica que, al parecer, se utilizaba, como reloj para señalar el principio y el fin de la jornada y para vigilar a los jornaleros, una iglesia...
Visitamos lo que queda de Fresno de Torote, aún de propiedad privada, con Félix, un vecino de Serracines que nació es Fresno porque sus antepasados trabajaron en las tierras de los diferentes aristócratas que han sido dueños de este “pueblo”.