Si por algo es conocido el Molar es por sus caños. Se tratan de cuevas donde se guardaba antiguamente el vino en los huecos laterales. Tiene una temperatura y humedad constante durante todo el año. Las cuevas son de tiempos árabes y los suelos están hechos de barro.
En esta localidad existen más de 200 cuevas moriscas que podemos encontrar en las entrañas de sus cerros. Los caños moraleños fueron utilizados como fresqueras por los árabes para guardar los alimentos. "Antes en estos pequeños salones estaban las tinajas y ahora son mesas para comer", dice Norma González de 'La Cueva del Lobo'.
Algunas de estas cuevas se encuentran a dos metros de profundidad. Un establecimiento espectacular convertido ahora en un restaurante. "Cuenta la leyenda que hace muchos años, por aquí venían lobas y lobos a parir. Por eso lo llamaban la cueva del lobo", explica Norma González.
Además, en 'La Cueva del Lobo' se puede comer en estos espacios. Lo típico de este restaurante de El Molar es la carne a la brasa.
Por otro lado, El Molar es famoso por unas aguas que curaban enfermedades y que fueron explotadas hasta el siglo pasado. El agua emanaba del manantial de la Fuente del Toro.