Raúl queda con Paulino para hacer la ruta de "Los Molinos" en Madarcos. Paulino nació en el pueblo y comenzó a trabajar con el ganado en el campo con tan solo 9 años. Recuerda como él y sus 6 hermanos tenían que ayudar para sobrevivir porque su padre falleció a temprana edad. Comenzamos el paseo y vemos las regueras que daban agua a cada huerto y que se calculaba mediante un reloj solar colocado en el suelo que aún se conserva. Nos cuenta Paulino que el camino por el que vamos es por el que acompañaba a su madre a lavar la ropa hasta el río Mardarquillos subido a un burro. Uno de los molinos pertenece al pueblo y el otro a Piñuecar.
Vemos las regueras que daban agua a cada huerto y que se calculaba mediante un reloj solar colocado en el suelo que aún se conserva. Paulino dice que la riqueza del agua es lo mejor de todo porque sirve para plantas, animales personas... todo. Uno de los molinos de la ruta pertenece a Piñuecar y otro a Madarcos. Pasamos a este último donde nos reciben Eduardo y su mujer, vecinos de Madrid, que compraron el viejo molino hace 40 años, cuando estaba en ruinas, y poco a poco lo acondicionaron para establecerlo como vivienda pero conservando su estructura original. Nos cuentan que su sueño era tener una casa rodeada de naturaleza y que cuando vieron por primera vez el molino quedaron encantados con la idea. Les gusta tanto que hasta su hijo se casó aquí.