Raúl ha tenido el mejor guía posible, Antonio Zárate, uno de los vecinos de Moralzarzal que mejor conoce su pueblo. Nos recibe en la plaza del ayuntamiento con un pregón como los de antaño. La corneta con la que lo hace es del último pregonero de verdad que hubo en el pueblo madrileño, allá por los años 70. Y es que Antonio tiene el hobby de guardar recuerdos de todos sus vecinos.
Nos cuenta que el reloj de la plaza es conocido como “El Frascuelo”, ya que fue el regalo de Salvador Sánchez Frascuelo, uno de los mejores toreros y muy vinculado al pueblo. Esto no es extraño, ya que Moralzarzal tiene mucha tradición taurina. De hecho cuenta con una plaza de toros cubierta donde se celebran todo tipo de eventos.
Al recorrer el pueblo nos encontramos con el monumento a los canteros, un homenaje que recuerda la importancia de la cantería en Moralzarzal o la iglesia de San Miguel Arcángel, cuya torre fue en un tiempo torre de vigilancia. Llegamos a la famosa fuente de los cuatro caños, datada del año 1817. Salimos un poco del pueblo para rodearnos de la naturaleza del entorno y llegar a la zona de La Navata, desde donde salen numerosas rutas por el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares. Antonio nos enseña la piedra de la lechuza, denominada así por su forma, un valle llamado la Silla del Diablo y la Chorrera del Covacho, unas cascadas que suponen una de las muchas joyas de este entorno natural.