Perales de Tajuña hace referencia a los numerosos perales que había en la zona. Estamos hablando de un término municipal muy rico en agua. Además del río Tajuña hay numerosos manantiales en la zona. Con el tiempo los perales se fueron perdiendo y son muy pocos los vecinos que mantienen estos frutales que crecían de forma natural en el terreno. Teresa es una de ellos. Apenas tiene unos cuatro árboles en un terreno que heredó de sus padres y de sus abuelos, pegado al río, y al que accede por una puerta a la zona con una pequeña cascada en la que se bañaba de pequeña con sus primas. Enfrente, la fábrica papelera que durante años hubo en el pueblo y que contaminó el río hasta que consiguieron cerrarla... Y con esta variedad denominada "Roma", o más comúnmente pera de invierno, se produce una rica y casera compota.