Ocurría esta semana. Dos patrullas de la Policía Municipal de Madrid interrumpían una clase organizada de zumba en el parque Tierno Galván en la que participaban unas 20 personas. No era la primera vez que las desalojan.
Porque la normativa del Ayuntamiento impide la realización de actividades organizadas y lucrativas sin autorización. Los responsables de la clase dicen que no molestan a nadie y que no ponen la música demasiada alta.
Hasta en 10 ocasiones se ha repetido esta imagen en el último año: La Policía Municipal de Madrid interrumpiendo las clases de zumba en el parque Tierno Galván.
No tienen autorización para hacer una actividad con una transacción económica en un espacio público. Es por lo que la policía interviene. Los alumnos defienden que las clases son gratis, eso si, alguna vez con donativo para ayudar a Fernando, el profesor.
La denuncia viene por un vecino que pasea frecuentemente por el parque. Una actividad que los alumnos califican como terapéutica. Ellos esperan seguir bailando con un volumen que aseguran, que no molesta a nadie.