Así se hace miel con flores de Madrid

  • La miel madrileña destaca por su calidad, gracias a las plantas locales como la lavanda y el romero, y el esfuerzo de generaciones de apicultores
  • Con métodos tradicionales y modernos, la apicultura en Madrid mantiene viva una industria esencial, con más de 500 apicultores en la región
Foto: Telemadrid |Vídeo: Telemadrid

Lavanda, romero, azahar... Todas estas plantas aromáticas son clave en la producción de la miel madrileña, un manjar poco conocido pero lleno de propiedades, gracias a la riqueza de las plantas y el polen de alta calidad que ofrecen. El entorno natural de Madrid, con jaras ricas en aminoácidos y vitaminas, crea condiciones ideales para producir una miel excepcional.

En ‘Aquí se hace’ queremos conocer cómo se produce la miel de Madrid y nos trasladamos hasta Navas del Rey para descubrirlo de la mano de Iván del Río, quinta generación de una saga de apicultores que desde 1860 se han dedicado a la extracción y producción de la miel para deleite de muchos.

De la flor a la colmena

La jornada arranca en el campo, visitando las colmenas. Primero se comprueba si hay algún enjambre por fuera del colmenar para recogerlo. “Se escapa la reina vieja y se queda la nueva comenta Iván, señalando la importancia de recoger esos enjambres para mantener la producción.

Una vez localizados todos los enjambres que hay por fuera, se recolocan en colmenas para que continúen con su labor. “Las abejas nunca duerman. Por la noche haga frío o calor aletean dejando la miel en los hexágonos y por el día están dando vueltas y a por miel” añade.

Tras la recogida, toca cosechar el polen mediante un cazapolen: una red colocada en la entrada de la colmena cuya función es atrapar el polen que queda en las patas de las abejas y depositarlo en un cajón inferior para su posterior recolección. De media, una colmena da entre 6 y 8 kilos de polen.

¿Cómo es una colmena por dentro? Alza melaria y cámara de cría

Las colmenas tienen varias partes importantes para el manejo de las abejas y la producción de miel. Dos de las principales son el alza y la cámara de cría, esenciales tanto para el apicultor como para las abejas.

Alza

El alza es una parte de la colmena donde las abejas almacenan miel. Se coloca encima de la cámara de cría y es fundamental para aumentar el espacio de la colmena, permitiendo que las abejas produzcan más miel. Dentro del alza, se colocan los cuadros móviles o panales, donde las abejas trabajan.

Cámara de Cría

La cámara de cría es la parte inferior de la colmena, donde la reina pone los huevos y las abejas jóvenes se desarrollan. Aquí, las abejas también almacenan miel y polen para alimentar a la colonia.

De la Colmena al Tarro

Después de la recolección, la miel pasa por un cuidadoso proceso de filtración y envasado. Cada panal se coloca en una cámara de centrifugado, donde la miel es separada de la cera que recubre la superficie. Posteriormente, la miel se transfiere a bidones que la filtran de nuevo, eliminando cualquier resto de cera o impureza.

Finalmente, el producto se envasa en tarros de cristal, listo para ser disfrutado en su forma más pura y natural.

Algunos datos sobre la miel

Producir miel es un trabajo verdaderamente laborioso. Para que un enjambre logre fabricar un solo kilo de miel, las abejas deben visitar alrededor de tres millones de flores. No es de extrañar que se les llame “obreras”, un título que también merecen los más de 500 apicultores de la Comunidad de Madrid, quienes, con esfuerzo y dedicación, continúan esta antigua tradición apícola.

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