Un jardín de fantasía en la casa 'madriguera' en La Moraleja
La fachada de la vivienda es un espejo que refleja el jardín
REDACCIÓN
Rodeada por imponentes e inmensos chalets de lujo, se esconde una pequeña casa blanca a la que solo puedes llegar atravesando un esplendoroso jardín. Parece sacado de un bosque de hadas y duendes. Y muchos 'paseantes' y vecinos curiosos, se asoman de vez en cuando entre las inmensas hojas de algunas de sus plantas para intentar descubrir quién vive ahí.
La pareja que ha creado esta original casa 'madriguera' en plena Moraleja son en realidad dos jóvenes arquitectos que comparten trabajo y vida en común. Pilar e Ignacio llevaron a la práctica sus diseños de 'DelaVega-CanoLasso' e hicieron realidad su sueño: vivir en un lugar hecho a su medida, en donde la naturaleza se siente como un abrazo.
Un jardín de fantasía
No podrás llegar a la casa de Ignacio y Pilar sin pasar antes por su jardín, un viaje encantados entre enormes plantas y coloridas flores que son un auténtico 'banquete' para los sentidos. La calma de su pequeño hogar solo se rompe con el trinar de los pájaros, el sonido del agua y de vez en cuando, el croar de las ranas del estanque.
Entre las plantas trepadoras destaca un espejo, un curioso espejo que distorsiona la imagen y juega con las luces y los reflejos del jardín.
"El espejo tiene una ondulación para que distorsione, o muestre un reflejo perfecto, sino que haga más bien juegos con la luz y las hojas de las plantas", explica Ignacio.
Y en medio del espejo, sobresale un tubo circular, que es en realidad la ventana de ojo de buey del dormitorio. Desde allí, la pareja puede ver el estanque de las 'ranas cantarinas' y esa escultura que se esconde entre las hierbas altas y que perteneció a la abuela de Ignacio. "La idea era colocar ahí la escultura para que se viera su reflejo en el agua del estanque, pero en primavera no se ve con tantas plantas".
Plantas... y árboles, porque la pareja planta sus propios frutales. "Tenemos nísperos plantados por nosotros mismos".
Muchos vecinos se acercan a mirar, entre asombrados y extrañados al ver este frondoso jardín: "Hoy en día las casas modernas son demasiado grandes". Así explica Ignacio por qué la pareja decidió instalar su hogar en un antiguo estudio de pintura de solo 50 metros cuadrados y dar protagonismo a la naturaleza. "Muchos paseantes se paran a mirar, extrañados y les ves con cara de no entender qué está pasando", dice Pilar.
Lo que está claro es que el jardín de esta llamada 'La madriguera' no pasa desapercibido para nadie. Entrar es como viajar a un mundo de fantasía hecho realidad.