Este domingo, imagen inusual de Navacerrada vacío tras la petición expresa por redes sociales de no visitarlo.
Navacerrada, perimetrada y en alerta. Los vecinos, en guardia. Han pedido expresamente con carteles como este que no les visitemos.
Se ha convertido en un pueblo desierto a diferencia de otros fines de semana. Salidas a comprar el pan y al aperitivo en las escasas terrazas abiertas ya que el 25 de enero cerraron el 90 % de los establecimientos de hostelería de la localidad.
"La salud es lo primero"
Los negocios que viven del turismo se limitan a atender la demanda local. “Así ha sido y no viene nadie. La salud es lo primero” dice uno de los vecinos. “Esto se infestaba de gente y ahora está muerto” comenta otro.
“En los puentes y en navidad, de esos lodos ya ves” recalca otro de los consultados.
Solo algún despistado pretendía ir este domingo a Navacerrada, pero se ha tenido que dar la vuelta.
Desde el pasado 25 enero y hasta al menos el 8 de febrero, este pueblo de 3.000 habitantes permanece cerrado perimetralmente porque la incidencia de la Covid-19 esta disparada con 1.917 casos por cada 100.000 habitantes.