En Batres, municipio del sur de la Comunidad de Madrid, sus 1.823 habitantes no tienen oficina bancaria. Es uno de los 4.618 municipios españoles que se quedaron sin sucursal.
Su alcalde, Víctor López, lamenta que "las grandes entidades bancarias no tienen interés en venir a municipios como este y dicen que el coste es muy alto para la población que hay". Las vecinas expresan que tienen que "pedir el favor a los hijos y a quien nos pueda ayudar para sacar dinero en otros municipios".
Entre las alternativas a ofrecer a sus habitantes, "mi intención es irnos a una pequeña entidad financiera que remunera con un 1% nuestro saldo disponible" y "está la opción de un cajero económico, que pasa porque sea el Ayuntamiento con la oficina de Correos quien preste determinados servicios en horario de mañana".
El acceso a los servicios financieros en la España rural se ha convertido en un problema cada vez más grave, según los últimos datos publicados por el Banco de España. Un total de 4.618 pueblos, es decir, el 57% de los municipios del país, carecen de una oficina bancaria, lo que dificulta el acceso a servicios financieros básicos como los depósitos, las transferencias y los préstamos.
"Sin mis hijos no podría hacer nada", declara Maite. "Y si tienes una tienda o un negocio en la zona, no tengo datáfono, no puedo cobrar con tarjeta y no hay cajero ni para los clientes", denuncia una empresaria.
En el último año, 121 municipios más se quedaron sin sucursal, "a pesar de los planes acordados junto al Gobierno para la inclusión financiera de colectivos vulnerables", declara Carlos San Juan, referente en contra de la exclusión de los mayores. Este fenómeno se debe en gran medida a la continua digitalización del negocio bancario y los planes de ahorro de costes.
Para vecinos como Carlos San Juan, es necesario explorar nuevas formas de colaboración entre las entidades bancarias y las comunidades locales para encontrar soluciones efectivas a este problema. Además, expresa que "la falta de atención ya pasa hasta en ciudades, con mayores en silla de ruedas que tienen que moverse a 6 kilómetros”.
En Castilla y León, la comunidad autónoma más afectada por el cierre de sucursales, en la mayor parte del territorio no hay ninguna sucursal. En Palencia, la provincia con mayor tasa de municipios sin sucursal, el 91,6% de los pueblos no tienen acceso a servicios financieros presenciales. En otras provincias como Zamora, Salamanca, Ávila, Valladolid, Soria, Burgos y Segovia, la tasa de pueblos sin oficinas es superior al 80%.
En Guadalajara, Cáceres, La Rioja, Castellón, Teruel, Cuenca, Almería, Tarragona y Huesca, más del 60% de los municipios están desiertos de sucursales bancarias. En Lleida, Cantabria, Zaragoza, Girona y Navarra, más de la mitad del territorio carece de establecimientos bancarios presenciales.